viernes, 8 de abril de 2011

El bien personal es el bien comunal

Llega el día en que, desgraciadamente, te toca ser víctima de la violencia que se vive en el país, ya sea directa o indirectamente. Asalto, secuestro, asesinato o cualquiera de los crímenes a los que somos expuestos en nuestro querido México. Sientes rabia e impotencia, ganas de ejercer la justicia por propia mano. Sales a exigir al gobierno y  al poder judicial que haga su trabajo, que atrape a esos sinvergüenzas, mal-vivientes que te robaron tu paz. ¿Qué pasa? No pasa nada. Levantas tu denuncia pero en cuanto cruzas la puerta de salida, la secretaría mete tu formato en el bote de basura archivo y allí se quedará hasta el final de los tiempos.

Te das cuenta que la policía no hará nada por ti y empiezas a sentir desesperanza, te sientes desamparado, vulnerable; y no es para más, eres vulnerable. Todos lo somos.

Te has preguntado ¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto a mi? ¿Por qué si yo, que pago impuestos, no soy lo suficientemente importante para que se haga justicia en mi nombre? Probablemente sea porque te lo mereces. ¿Cruel verdad? Si, es muy cruel pero no deja de ser cierto. Y te digo que te lo mereces porque cuando le das esa "mordida" al tránsito para que no te levante una infracción por la cual tendrás que hacer largas filas y por la que desembolsarás una buena lana, cuando vas a un tianguis y compras mercancía barata que probablemente sea robada por ahorrarte unos pesitos, y es que actualmente todo está muy caro, hay que ahorrar, o cuando aportas una "cooperación voluntaria" para acelerar un trámite, estás fomentando la corrupción, estás alimentando el crimen, estás haciendo de este país un lugar peor, estás vulnerabilizándote a ti y a tus hijos. ¿A quién crees que los ladrones roban? Pues a ciudadanos como tú, para venderle a ciudadanos como tú.

Vivimos alimentando una cadena de putrefacción que cada vez nos hunde más y al parecer no se quieren dar cuenta o no les importa darse cuenta. Vivimos en una caja de conforte de la que no queremos salir, vivimos revolcándonos en la mierda y quejándonos de la peste, pero no limpiamos. La única forma en que esto cambie, es que tú y yo empecemos a hacer las cosas bien. Y es bastante sencillo ¿sabes?. Cuando un tránsito te detenga por exceso de velocidad, deja que te levante esa infracción y págala, acepta las consecuencias de romper una ley y verás que a la próxima la piensas dos veces. ¡No compres robado! Si los ladrones ven que no es costeable robar si nadie les compra, créanme que este delito disminuirá drásticamente. Todo es producto de una acción-reacción. Es simple lógica, se los juro. Estos seres "humanos" son muy predecibles.

Educación. Creo firmemente en que todo viene desde la educación, y no me refiero a la educación escolar, sino a la educación que nos dan en casa. Esos valores que vemos en nuestros padres, se nos pegan como sanguijuelas y jamás en la vida se nos van. Eduquen a sus hijos, necesitamos una generación bien preparada, con los valores bien puestos y con respeto a la vida en general. Desgraciadamente esto no es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana. Será necesario que pasen años antes de que algo así surja efecto, mientras tanto, nosotros podemos hacer las cosas bien, por nuestro propio bien. Recuerden que el bien personal, es el bien comunal y que para lograr algo, tenemos que hacerlo juntos, pues es imposible que una estrella ilumine todo el cielo.

Pero bueno, yo seguiré soñando, pues en este país si no te pasa a ti, te vale madres y hasta te ríes de ello, como este señor Javier Sicilia, que hasta que vivió la desgracia de perder un hijo en manos de cobardes, decidió levantar la voz y hacer algo. ¿Acaso antes no le importaba lo que pasaba en el país?... Es bueno lo que Javier Sicilia hizo, pero es incongruente y triste que sea necesario que te toque para que te des cuenta.

Por cierto, hace días, como ya muchos sabrán, asaltaron mi casa, amarraron a mi padre y a mi hermano, y se llevaron muchas cosas, entre ellas mi computadora e información de años y años junto con mi disco de respaldo. Por fortuna, mi familia está bien y solo queda la impotencia que se siente el ser víctima de estas lacras. Y si, me quejé, grité a los cuatro vientos, hice corajes y maldije a medio mundo. Y siento no fui hipócrita porque creo que hago mi parte. No compro robado, no doy mordidas, no tiro basura, apago la luz cuando no la necesito, trato de hacer un poco de conciencia en la gente a mi alrededor, trato de darles el ejemplo y aunque parezca poco, si todos lo hacemos de esta forma, sería mucho y notaríamos los cambios.

En serio, gente, eduquen a sus hijos. Hagan las cosas bien. Empiecen por cosas pequeñas como tirar la basura en lugares asignados y no comprar cosas de dudosa procedencia. Sabrán que están haciendo las cosas bien y se sentirán mejor.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Cosas de la vida

¿Quién no se ha encontrado en esa etapa de su vida en que se siente perdido entre lo que quiere para su futuro y lo que quiere para este momento?

Pues sí, hace una semana se cerró un ciclo más en mi vida sentimental, terminó una relación de un año de antigüedad que al parecer ya no era lo que buscaba. Por más que he tratado de buscar dentro de mi y darme una explicación clara de por qué terminó, no ha sido posible hacerlo. ¿Por qué? Pues es una respuesta complicada. Ella es una gran mujer, un excelente ser humano, me atrae físicamente y me gustaba pasar el tiempo con ella, pero aún así terminó. ¿Qué pasó? Creo que esas son respuestas que solo el tiempo me las dará, que con el tiempo ordenaré mis ideas y llegaré a una conclusión.

Claro, también hay que tomar en cuenta el hecho de que últimamente empezábamos a tener muchos problemas. Yo me portaba muy intolerante a cosas que ella hacía o me decía y que no me parecían, empecé a sentir cada vez menos ganas de ir a verla y el hecho de que coincidíamos en muy pocas cosas empezaba a molestarme, a inquietarme. ¿Realmente quería estar con una persona con la que no tenía nada en común? Y es que me atrevo a decir que esto es muy importante, algo como coincidir en los gustos musicales dice mucho y es un pro enorme. La música sería algo más que compartir juntos y más para una persona (yo) que le toma tanto importancia a este tipo de cosas. Para mí la música es algo muy importante en mi vida, así como la lectura, el cine y otros pasatiempos, que más que pasatiempos, son un estilo de vida. Y así puedo mencionar otras muchas cosas, siempre he sido un amante de la naturaleza, disfruto enormemente el ir a la playa, al bosque, visitar alguna reserva ecológica, irme de excursión a unas grutas, cenotes o cualquier lugar que me haga sentir conectado con el planeta. Ella simplemente no le tomaba importancia a esto, entonces pensaba: ¿Qué demonios estoy haciendo? ¿Por qué no quiero aceptar que esto no va a ningún lado? Costumbre... costumbre y miedo. Miedo a afrontar el proceso de ruptura, el acostumbrarme a tener todo el tiempo para mi y arriesgarme a encontrarme pensando sobre las cosas que hacíamos juntos y sentirme triste. Soy un romántico insufrible, no puedo negarlo.

Hoy día me encuentro bien, mucho mejor de lo que imaginaba. Me he dado la oportunidad de salir con amigos y amigas y me ha sentado bastante bien, me siento libre y estar sin algún compromiso me hace sentir que estoy haciendo lo correcto. Tenía miedo de darme cuenta que me había equivocado al terminar la relación, de querer salir corriendo a buscarla (de repente lo siento, pero me puedo controlar), pero me siento bien, tranquilo y hasta me atrevería a decir que me siento feliz.

Algo que me dolió mucho fue el saber que le hice daño, saber que ella estaba sufriendo por mi culpa. Esto llegó a ser insoportable, pero creo que era mejor, y justo para ella, que las cosas se hablaran lo antes posible.

Y al fin, se cerró una etapa pero justamente en ese momento comenzó una nueva y me gusta como inició, espero estar de esta manera por un largo tiempo.

Siempre he sido pésimo en las relaciones, siempre me quedo en la línea del primer aniversario. A veces pienso que me sugestiono y que en el fondo le temo al compromiso, no lo sé. Lo único que sé es que me gusta estar acompañado, pero también sentirme libre. Claro que se pueden las dos cosas, una relación sana está basada en libertad, normalmente así las empiezo, pero algo pasa en el camino que las cosas empiezan a torcerse y terminan mal, termino sintiéndome sofocado y buscando desesperadamente una salida.

Pero ni modo, así son las cosas, uno vive y muere buscando la felicidad.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Elogio a la Mujer Brava

Hace días, mientras hacía como que trabajaba, me llegó el correo de una amiga con el título de Mujer Brava, acto seguido me llega un mensaje de ella al celular diciéndome que leyera el correo, que me iba a gustar y que se acordó mucho de mi cuando lo leyó. Y pues sí, lo leí, me gustó y ahora se los comparto, échenle ojo:

Elogio a la "Mujer Brava", Por Héctor Abad.

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden. 

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias). 

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan como nosotros, entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo. 

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso. 

Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento. 

¡¡¡Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!

viernes, 17 de septiembre de 2010

Familia y Amigos

Hace unos minutos terminé de ver "The Straight Story", una película de David Lynch. Trata sobre Alvin, un ciudadano de Iowa con 74 años de edad al que le llega la noticia de que su hermano Lyle sufrió un ataque cardiaco. Alvin decide que después de poco más de 10 años de estar peleado con su hermano, ha llegado la hora de ir a visitarlo a Wisconsin que está aproximadamente a 500km de Iowa. Alvin casi no ve y tiene problemas de la espalda, es un anciano testarudo que toma la decisión de montarse en su podadora de césped y emprender un viaje de semanas para ver a su hermano, tragándose su orgullo en el camino. Un viaje que, dice, tiene que hacer solo, a su propia manera.

Esta película, ampliamente recomendada, me recordó una plática que tuve hace días con mi madre, ella me dijo que yo era una persona con muy buenos valores, bien sembrados y cosechados, pero que me faltaba el valor de la familia, que tengo muy buena relación con mis hermanos y con ellos (mis padres), pero olvido a mis familiares (tíos, primos y esa familia que no es de raíz).

Si bien es cierto que no suelo visitar a familiares, tengo relación con ellos porque a veces vienen a mi casa o los visitamos en épocas como navidad, cumpleaños u otras festividades en las que la familia acostumbra reunirse. Pero yo no creo estar mal, creo que mi concepto de familia es muy diferente al de mi madre. Para mi una familia no es aquella a la que estás ligada por un lazo sanguíneo, por los genes, para mi una familia son esas personas con los que cuentas, a los que aprecias (ojo, no estoy diciendo que no aprecie a mis familiares, simplemente no compartimos los mismos intereses y este tipo de cosas te aleja de ciertas personas y te acerca a otras) y compartes momentos importantes de tu vida, aquellos con los que tu plática va más allá de: Hola, ¿Cómo estás? ¿Qué tal el clima?, aquellos cuyos intereses sobre la vida, la cultura, la música y otros aspectos se asemeja, por lo cual tienen mucho que compartir. Y sí, con "esas otras personas" me refiero a los amigos, pero no a esos amigos de parranda y desmadre, a los AMIGOS que uno va ganando en la vida y los cuales nunca se van. Aunque los separen ciudades y husos horarios, sabes que en cualquier momento puedes ir a visitarlos y será como si nunca te fuiste.

Para no hacerla larga, creo que la familia es importante, la familia raíz es lo más importante, pero saliendo del núcleo familiar considero más importantes a mis amigos, esas personas con las que cuentas en las buenas y en las malas, los que entienden y celebran mejor tus triunfos y se ríen de tus derrotas, solo para hacerte saber que no es tan importante, que el mundo no se acaba.

Y bueno, quizás esté mal, pero este es mi punto de vista, esta es mi vida y la vivo lo mejor que puedo, espero que hagan lo mismo.

martes, 14 de septiembre de 2010

Oportunidades ¿Para Todos?

Hoy ando encabronado, y es que este en este gobierno país se esmera en no dejar crecer a aquellos que luchan por ganarse el taco para su familia y para todos aquellos que nacen en cuna de oro les pone hasta alfombra de rey cuando van pasando.

Hoy llegó mi hermano algo molesto, el terminó la preparatoria pero no quiso estudiar una carrera, cosa que en la familia siempre le reprocharon y al final fue su decisión y se le respetó, ahora se está chingando todo el día para ganarse unos pesos, pero bueno, fue su decisión y ahora está pagando por ello; creo que me salí un poco del tema. Les estaba contando que llegó mi hermano molesto porque le quitaron unos anuncios de Sky (cabe mencionar que el es distribuidor de Sky) que tenía en diferentes puntos de la ciudad. A el HDP. Ayuntamiento de la ciudad se le ocurrió quitar todas las antenas que el tenía puestas con su número celular sin darle aviso alguno. Una señora que se dio cuenta de lo que pasaba le llamó para decirle lo que ocurría. Cuando el llegó al lugar los del Ayuntamiento le dijeron que era ilegal, lo cual es cierto, y que tenía que pagar una cuota para poder poner publicidad en la ciudad.

Pienso que tienen razón, es una ley y hay que acatarla y no me gusta la doble moral. Si esas leyes se aplicaran para todos, firmemente y sin restricción, no habría ningún problema, mi enojo es porque no es así, hay cientos de puestos ilegales por calles conocidas de la ciudad a las que no los tocan porque dan su mordida y me caga que si bien el anuncio que tenía mi hermano no les molestaba, saben que esa persona no les da para "sus cocas" y se empeñan en joderle la vida. También me encabrona y me encantaría decirles que hay cientos de personas vendiendo droga, matando, secuestrando y otros crímenes/delitos que también son ilegales y ¿por qué carajos no hacen nada? Ah claro, estas personas no se dejan y si los chingan, pues desaparecen a estos miserables.

Una vez escuché que la ley mexicana está muy completa, yo no puedo asegurarlo, no la he leído. Lo que sé es que no se aplica o se aplica a unos cuantos y a conveniencia de nuestras incompetentes autoridades. Y bleh, que podemos hacer más que agachar la cabeza y dejar que hagan lo que quieran con nosotros... Pues ¡NO!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Probando, 1 2 3 Probando...

A veces me dan ganas de expresarme, por lo cual uso Twitter, pero en ocaciones 140 caracteres son una gran limitante cuando quieres expresar una idea que toma mucho más que eso, una idea un poco más profunda y en un tono más serio.

Por esta razón creo este blog, un espacio nuevo con una idea de antaño, poder expresarme y mentar madres a diestra y siniestra. Si no les gusta pueden comentarlo pero realmente no hará la diferencia.

Saludos y que tengan una larga y patética vida.